Las horas avanzan lentamente.
Arrastran los segundos.
Fatigados, esclavizados,
los minutos desde hace tiempo cedieron.
Horas aciagas.
Aceleran el ritmo,
cuando sienten llegar la penumbra.
Demasiado tarde.
El néctar nocturno invade la jornada.
Incrédulas horas,
se atropellan unas a otras.
y se dan cuenta demasiado tarde,
que caminaron en círculo
todo el día.
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