Resulta ser cierto a veces.
La muerte duele en cualquiera de sus manifestaciones. Dijo Fermín bebiendo de un golpe el contenido de una Tecate bien fría.
Fausto relataba cómo el otro día intentaba borrarse de la memoria la mirada suplicante de un chivato – ¡jefe, no me mate, yo no fui se lo aseguro!- recordaba las palabras del ahora inmolado. Oye- acotó – Mike- Y esos batos se irán al cielo o al infierno. Fermín se adelantó a la respuesta, nel, loco, como crees en esas chingaderas.
Mira yo le rezo todos los días a mi Señora, y hasta ahorita me ha protegido, me cae, y su ofrenda no le falta- expresó Mike que se levantó a orinar.
Y yo a Malverde le dejo sus cigarritos sin filtro, su botelluca de aguardiente y su botana-dijo Fausto.
-Tan jodidos ustedes, aquí no hay más que estar alertas, bien pilas para que no los apañen los guachos, con la fusca bien aceitada y con el tiro arriba para quebrarse a quièn se atraviese en este bisnes-
-Pos eso si Fermín, hay que estar con los ojos bien pelones, ya ves, como se quebraron al Lagarto, el wey no se esperaba que la tira cayera en su cantón- dijo Mike.
Una canción de los tigres del Norte comenzó a sonar en la rockola. Las botellas de cerveza ibayvenian. Los tres amigos se encontraban en el fondo, en un apartado, de la cantina LìneaCero. Siempre después de un trabajito, así ellos llamaban a las ejecuciones, se encerraban a beber y ha consumir grandes cantidades de coca. Y ese día ameritaba el desfogue porque se aventaron un “paquete grande”.
FAUSTO
Fausto fue enrolado en la “guardia” después de que dio baja en la corporación policíaca del ayuntamiento de Mier por pérdida de confianza- Al putito del Secretario de Contraloría me lo voy a tronar, por darme de baja- había sentenciado cundo entregó la placa. Una semana después el funcionario municipal fue hallado muerto de un balazo en el cráneo
Todos los indicios del crimen apuntaban a Fausto ya que la sentencia al funcionario fue frente al jefe de la policía y varios testigos presentes- Calma, Fausto, deja pasar unos meses y regresas bato- le dijo en esa ocasión el jefe policiaco Mierense.
No respondió a la oferta y se dio la media vuelta. Ahora semana después regresaba a la corporación detenido (92) como sospechoso del homicida de Santiago Peñalosa Peña, controlador del municipio y concuño del alcalde Riestra.
Ahí conoció a Fermín, que a sus oídos llegó la noticia del atentado. El abogado de Fermín inició los alegatos en defensa de Fausto- Te voy a sacar de este pedo, pero vas a jalar conmigo, ¿cómo ves?- inquirió Fermín.
Va, la bola, que Malverde me proteja- contestó Fausto.
En tres horas ya estaba liberado. El abogado argumentó que no tenían pistas en el asesinato ni hullas dactilares ni casquillo de la ojiva ni el arma, sólo una amenaza que se dio bajo condiciones de mucho estrés. El alcalde Riestra fue informado y le dio chorrillo. Fermín por no ser malagradecido envió una botella de Petobismol.
¡Gracias, jefe! Pero porque me sacas de este pedo si ni me conoces
No me lo agradezcas bato, simplemente te me adelantaste, ese wey ya estaba en la lista negra- atajó Fermín.
MIKE
La fiesta continuaba en el bar. El Sol se ocultaba harto de la embriaguez de los tres amigos miembros de “La guardia” matones a sueldo. Sin misericordia para sus victimas. Y mike era especialista en el sufrimiento provocado a sus encarguitos. En una ocasión- después de ver la película Aníbal, esa donde un fulano mataba sus victimas pero antes se las desayunaba, comía y cenaba- fue a hacer un jale al barrio del Central allá en Reynosa. El encargo era matarlo ahí mismo para escarmiento de los demás grameros y no se pasaran de “gandallas” con la mercancía del Patrón. Mike decidió darle el “levantòn” y lo dejo encerrado tres días sin tragar. Al cuarto día, influenciado por la película, llegó para cercenarle los dedos de ambas manos, los cocino, y se los dio de comer. Al siguiente día le rebanó unos cortes de la espalda y los asó con chile y cebolla para dárselos. La victima ya no comió porque presentía que se estaba devorando a si mismo y murió de inanición. Lo terminó destajando para dárselo a los cerdos. – No vuelvas hacer esas chingderas- dijo colérico Fermín cuando se enteró- cumple las ordenes de matarlos inmediatamente. Es que me acuerdo jefe de cuando cocinaba-reviro El Mike.
El mike fue enrolado también por Fermín que en una ocasión cuando llego a la fonda “come y vete” y probar el famoso menudo de la Iturbide (birria con cerveza). Unos tipos le hicieron pleito y Mike entró al quite, quitándole a dos bravucones de encima, sin embargo, al aventar a uno de ellos hacia la barra se ensarto el cuchillo cebollero en la garganta. Los otros tipos salieron corriendo del lugar y Fermín también abordó su vehiculo, en ese instante Mike se puso frente a él - no sea gacho jefe, lléveme con usted, ya perdí todo. Fermín le abrió la puerta y se marcharon en silencio.
FERMIN
El capo Joaquín “JOTA ELE” Laguarida asumió el poder de la región noreste del estado cuando los federales se llevaron al “homer” Homero Barraza en un operativo conjunto con la policía Estatal y Policía Federal. El capo no hizo caso de las recomendaciones del mandatario estatal y comenzó una guerrilla en las calles de los municipios norteños. Al no hacer caso, su cabeza fue expuesta cayendo en Matamoros en una narcofiesta.
Inmediatamente Laguarida empezó las operaciones del cartel y formo un grupo de ataque llamados La guardia, comandado por Fermín Bustamante ex Sargento del Ejercito Nacional.
Inmediatamente el ex sargento comenzó a enrolar a su gente. Ex marinos la mayoría. Pero cuando conoció a Mike y Fausto armó la célula que buscaba, Tipos que no temblaban ante la muerte y sobre todo leales. Ellos tres manejaban a las “estacas” en cada tramo carretero. Conocían quien entraba y salía de las ciudades con la red de narco-espionaje que implementó Fermín.
Con este jale, muchachos nos vamos de vacaciones- exclamó Fermín a Mike y Fausto que estaban entretenidos besuqueando a unas morras.
¡Me vas a llevar papi! Exclamó una de las chicas que trataba de esquivar los arrumacos del Mike
Nel- acortó- las morras no se permiten son de mal agüero, no pueden andar con nosotros porque nos distraen un chingo.
En ese instante sonó el celular de Fermín. Al ir avanzando la conversación su rostro se fue descomponiendo de la sorpresa a la angustia. ¡ya valió madres! Gritó aventando el teléfono.
-vamonos, hay que pelarnos, nos equivocamos de paquete-
-Qué, no chingues, puta madre, y ahora- dijo Fausto apartándose a la chica.
Salieron ya amaneciendo.
El error
La casa de Fermín se encontraba en el residencial Las Lomas. Se fueron por el libramiento a Monterrey para llegar más rápido. El plan era agarrar pasaportes y algo de ropa e irse en el primer vuelo a donde sea. Ese error no podía quedar sin castigo ya que el sistema político sabía quienes fueron los ejecutores y si por equivocación mataron uno de los suyos tenían que pagar el error.
- tráigame a esos pendejos de los huevos- vocifero el Gobernador al General de Brigadier de la Octava Zona Militar, minutos antes de que diera un mensaje al estado de que se capturaría a los culpables del artero atentado al candidato del pueblo a la gubernatura de Estado.
Llegaron a la calle lirios y después de cerciorarse de que no había pájaros en el alambre. Se metieron
a la casa marcada con el número 1287. Fermín bajó al sótano a buscar armas y Fausto recogía las maletas en la habitación de arriba. El mike se quedó cuidando la puerta con el dedo en el gatillo de una aka-cuarenta siete. Estaba muy nervioso y decidió encender un cigarrillo.
La explosión cimbro a la colonia. Una fuga de gas en el domicilio ubicado en la calle lirio 1287 ocasionó el siniestro destruyendo la vivienda y pereciendo en su interior tres personas del sexo masculino sin identificar ya que los documentos se destruyeron por la acción del fuego.
Muerto el perro, se acabo la rabia- se escuchó la voz del General Brigadier a través del auricular del teléfono rojo de la Casa de Gobierno.
Joaquín Laguarida cayó en su casa de descanso en la playa de Soto La Marina en un operativo conjunto de las fuerzas Armadas, Marina de México, AFI y la Policía Estatal.
¿Cuánto tiempo estaré en la sombra? Preguntò el Capo arriba de la avioneta en que lo transportaban a la ciudad de México.
Ni pisaras la cárcel, mano- Dijo el soldado y al mismo tiempo acercaba un pistola en la sien de JL y la accionó dos veces provocando que la masa encefálica se estrellará en la ventana de la avioneta.
Una vez más el teléfono rojo sonó – mi jefe, con la novedad de que el sospechoso se suicidio-
Muy bien- se escuchó del otro lado de la bocina- den la noticia.
FIN
JULIO 2010
®víctor González
1 comentario:
Víctor, gracias por enviarme tu escrito. Es muy bueno, creo que sí te estas convirtiendo en un cronista del fenómeno.
Saludos
¿Te fuiste a Alemania siempre?
Rubén
Publicar un comentario