Por: Santiago Larumbee.
I.La literatura es ficción pura, desde la primera a la última palabra, sin embargo y paradójicamente intenta hacer creer que es verdad lo que se lee, pretende hacer real sus textos... Y es real, sólo dentro de su ficción. II.Cortazar hablaba del 'pacto ficcional', en el que el lector sabe y reconoce de antemano que leer literatura es leer ficción, no obstante aún sabiendo se aventura en el texto, dándose el 'pacto' cuando acepta que esta leyendo una mentira, que sin embargo, al ser leída, pasa por verdad. Al menos en ese momento. III.Hacer pasar la ficción por verdadera, iniciarla, sostenerla y prolongarla si es posible más allá de la lectura, es entonces el trabajo del escritor. Lograrlo implica al menos dos tareas: 1. Hundirse en la realidad para rescatar pequeños trozos, 2. Recrearlos y volverlos un texto literario: llámesele cuento, relato novela. IV.La segunda tarea propone descuartizar ese trozo de realidad y transformarlo en ficción logrando que dicha ficción parezca-sea realidad. Si el escritor logra que su lector crea la historia contada, gana: la ficción supero la realidad. V.El primer contacto del lector con el texto se da a través del narrador, el que cuenta la historia. Una primera, segunda o tercera persona relata lo sucedido, por lo cual resulta importante considerar y reconsiderar quien contará el cuento. El narrador es el primer elemento que establece los eslabones de ficción del texto. VI.Después de elegir el trozo de realidad del que se elaborara la historia, de seleccionar sus personajes, debe tomarse en cuenta quien relatara la historia, evitando en la medida de lo posible que este narrador sea el mismo escritor.
VII.
Muy personalmente, mis mejores lecturas han sido las que borran los limites entre ficción y realidad al grado de hacerme dudar cual es cual. Si el texto literario no logra difuminar ese límite se cae; la ficción que pretendía ser verdad se revela como ficción; el lector que en un principio estaba dispuesto a aceptar el pacto, recula. Trabajar en la seleccionar del narrador es una alternativa para lograr ese pacto.
Nota: Santiago Larumbe es graduado en Filosofía y Letras Hispánicas por la UNAM. Pública el poemario, Ciudad sin ti, en 2006 y la colección de mincuentos Pequeñas batallas, en 2007. Se desempeña como editor de la revista Raices, en la cual tiene publica semanalmente su columna Otros puertos, de la que se extrajo el presente artículo.
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