13 septiembre 2007

Historia de la Litereatura Mexicana

por Victor González

La historia de la literatura mexicana en este siglo tuvo un acontecimiento determinante al publicarse en 1947 la novela Al filo del agua de Agustín Yañez, lo que dio comienzo a la novela mexicana contemporánea. A partir de entonces la variedad de técnicas y el dominio de lenguaje usados dentro de nuestra literatura es enorme. La influencia de narradores como William Faulkner o John Dos Passos se verá reflejada en la obra de prosistas mexicanos y latinoamericanos como Carlos Fuentes, Juan Rulfo y Juan José Arreola. En América Latina esta novela, llena del sabor de nuestros países pero escrita con la técnica más avanzada en cuanto estructura, forma, lenguaje y profundidad de contenidos, estará representada por Alejo Carpentier, Arturo Uslar Pietri y Juan Carlos Onetti, por mencionar algunos.
Lo real maravilloso, se convierte en un movimiento literario de gran fuerza. Esto se refiere a lo mágico y maravilloso que puede suceder en la realidad: la confusión de tiempos, la diversidad de características raciales y por lo tanto, de costumbres que darán lugar a situaciones impensables en países europeos, o angloamericanos, la presencia de los rituales mágicos en nuestras culturas, y las formas de relación con leyendas o mitos que son igual de verdaderos que la realidad en nuestros países, darán forma a uno de los movimientos más importantes de la l
iteratura mundial: El "boom" latinoamericano.
Esto significó que Latinoamérica se consolidó como una de las fuentes más importantes de literatura en el mundo. Ganando con ello el respeto y la aceptación del mundo entero para su trabajo literario. Es en este momento cuando tenemos a los primeros premios Nobel de literatura en Latinoamérica:
Gabriel García Márquez, Octavio Paz, entre los más conocidos. Además de muchos de los ganadores del premio Cervantes de España: Carlos Fuentes, Alejo Carpentier, Octavio Paz, Julio Cortazar, Mario Vargas Llosa y Ernesto Sábato.
En este movimiento el escritor hace uso de los procedimientos narrativos más variados para acercarse a la historia, al entorno y hombre americanos. En una lograda fusión de localismo y universalidad, hace uso de un lenguaje que es natural y al tiempo asequible a cualquier lector del ámbito castellano (no sin excepciones) e inserta los problemas particulares en las características del hombre contemporáneo. La literatura se convierte en una posibilidad de conocimiento, de exploración filosófica, de participación en las grandes aventuras del espíritu, simultáneamente se realzaba una transformación absoluta de los modos de narrar: se juega con los puntos de vista, se rompe el desarrollo lineal del relato, se exige la complicidad del lector, y, cuando el experimentalismo se radicaliza, se hace de la novela una aventura del lenguaje, se deja patente el propio proceso de la creación y se insiste en la condición autorreferencial de la
obra literaria.
Mientras tanto en los años sesenta la literatura mexicana recibirá una enorme transformación: los jóvenes animados por el espíritu renovador de esta década, crearán lo que se conoce como la literatura de la onda cuyo principal representante estará en
José Agustín. En estas novelas se retratará la visión de la juventud latinoamericana.
Dentro del teatro, a partir de los 60 la puesta en escena y la actuación seguirán las reformas que inició el teatro Ulises en las décadas anteriores. Un nuevo grupo se formará alentado por los escritores Juan José Arreola y Octavio Paz, el grupo tendrá como sede la Casa del Lago del Bosque de Chapultepec, y reunirá a jóvenes actores, con artistas plásticos, escritores y dramaturgo
s en busca de nuevas formas teatrales.
Su nombre es Poesía en voz alta, y se dedicarán tanto a la revaloración escénica de autores del siglo español, como a la difusión de obras que no se conocían en México de autores novedosos como Ionesco, Beckett y al mismo tiempo estrenarán obras de dramaturgos mexicanos desconocidos. Entre ellos
Elena Garro. Este fue el origen del movimiento universitario de teatro, que ha dado lugar a una forma distinta de concebir la actoralidad, la dirección de escena y la dramaturgia en nuestro país. La narrativa y la poesía no se han detenido tampoco. Autores como José Emilio Pacheco o Vicente Leñero, dan vigencia al fluido de literatura mexicana aún en nuestros días. Pertenecen a generaciones distintas, pero todos animados por la misma necesidad expresiva, en la que la forma es siempre novedosa y siempre ligada a las posibilidades expresivas auténticas de cada autor.
En la poesía contemporánea el nombre de Octavio Paz vuelve a ser muy importante, pero debemos añadir
a poetas mexicanos de las últimas décadas que nos legaron importantes cambios, tanto formales como temáticos y estéticos, es el caso de Jaime Sabines por su interés en la cotidianidad de la poesía en la vida del hombre, Efraín y más recientemente su hijo David Huerta, poetas de enorme tradición, además de muchos otros que siguen las líneas del pensamiento literario de nuestro siglo. Por su parte la literatura dará en nuestro tiempo, lejos ya de los convencionalismos absurdos, lugar a las mujeres como escritoras: Rosario Castellanos, Elena Poniatowska, Elena Garro por mencionar sólo algunas. La temática es variadísima: Buena parte de la última narrativa se ha vuelto sobre la realidad política y social de América Latina. Las razones están a la vista, desde la matanza de Tlaltelolco hasta las sangrientas dictaduras del cono sur, o la dramática situación centroamericana, o la crisis económica que ha añadido miseria a la miseria. Por otro lado, gran número de novelistas revisan el pasado y el presente históricos, o se acercan a lo cotidiano con la ambición de constituirse en una conciencia crítica del mundo americano. Sin renunciar a los recursos técnicos adquiridos, cabe hablar de una dominante orientación neorregionalista, de un nuevo realismo que no excluye el documento, el testimonio directo y que pretende ser expresión de los acusantes problemas contemporáneos.

No hay comentarios: