Por Víctor González
Una Mañana de lluvia
De pequeñas ráfagas plateadas
Que laceraban mi cuerpo
Arrojé mi corazón a
Al contenedor de un callejón.
Y un gato de pelo crespo
Lo engulló sin sazón
Despreciando unas bananas
Y un escandaloso mejillón.
Después con el tiempo
El gato se volvió trovador
¡Y cómo no ¡
¡Si se tragó mi corazón ¡
En noches de luna llena
Al precipicio de una barda
Dedicaba lastimoso canto
A su felina amada
Y en noches de calor
Era un desvergonzado fornicador
¡Y cómo no!
¡Si se tragó mi corazón
¡Gato, regresa mi corazón ¡
Que no puedo dormir
Primero ella con su recuerdo
¡Y ahora tú ¡ con tu desenfreno.
¡Y cómo no!
¡Si se tragó mi corazón!
Al otro día lo mate.
Una Mañana de lluvia
De pequeñas ráfagas plateadas
Que laceraban mi cuerpo
Arrojé mi corazón a
Al contenedor de un callejón.
Y un gato de pelo crespo
Lo engulló sin sazón
Despreciando unas bananas
Y un escandaloso mejillón.
Después con el tiempo
El gato se volvió trovador
¡Y cómo no ¡
¡Si se tragó mi corazón ¡
En noches de luna llena
Al precipicio de una barda
Dedicaba lastimoso canto
A su felina amada
Y en noches de calor
Era un desvergonzado fornicador
¡Y cómo no!
¡Si se tragó mi corazón
¡Gato, regresa mi corazón ¡
Que no puedo dormir
Primero ella con su recuerdo
¡Y ahora tú ¡ con tu desenfreno.
¡Y cómo no!
¡Si se tragó mi corazón!
Al otro día lo mate.
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